viernes, 4 de noviembre de 2016

Anécdotas de vida : Felipito el chofer...

Anécdotas de vida : Felipito el chofer...

4 de junio de 2014 a las 10:56

                           Nunca he sabido de un mitómano igual a Felipito, viejo chofer de autos de alquiler de Mayarí. Cuando lo conocí, transcurría el primer embarazo de mi esposa, y recién habíamos llegado a la Terminal de ómnibus de Mayarí, procedentes de Preston y con destino a Sagua de Tánamo donde vivían mis suegros. Como pueden imaginarse, no había "guaguas", esos "monstruos prehistóricos sobre ruedas" según la sabia definición de Zumbado el humorista cubano. Senté a mi esposa en el interior de la terminal y salí a ver si había algún carro que hiciera el viaje a Sagua y no vi ninguno, pero como era muy temprano, mantuve viva la esperanza...
                           Sobre las 11 am un auto viejo, creo que un chevrolet  ( aunque no estoy muy seguro, porque en esa época yo no tenía muchos conocimientos sobre las marcas de automóviles ), parqueó en la parte más alejada de la salida, y seguidamente su chofer, un hombre de un poco más de mediana estatura, con un maltratado sombrero negro impermeable, se bajó y dijo "Sagua". Corrí hacie él y le dije: "Somos dos, mi esposa embarazada y yo"...Me miró y me dijo:
                         -- Cómo no, caballero, traígala...
                          Tenía Felipito en esa época quizás más de 50 años y era muy querido en Mayarí, pero nosotros, particualrmente, no lo conocíamos. Su cara arrugada, donde bailaban unos ojos que parecían estar riéndose siempre, le hacía parecer mayor. Su andar desgarbado y su voz atiplada,y una cejas pobladas que partían su entrecejo, no contribuían a mejorar esta imagen, que si embargo, cuando se le conocía mejor, su afable carácter la hacía crecer. Era todo un personaje este caballero, no de la triste figura, sino de la "alegre sonrisa".
                         Fui pues y traje a mi esposa, diciéndole que había resuelto una "máquina", que es como se le dice en Cuba, a los autos, sobre todo en la parte oriental de la Isla.
                         Con la ayuda de Felipito monté a mi esposa en el auto, y puse el equipaje en el maletero, y al cabo de unos minutos, con un pasajero más ( una señora de mediana edad ), partimos de Mayarí.
                          Desde que comenzó el viaje, pudimos constatar la gran locuacidad de Felipito. Cuando luego de preguntarnos en qué trabajábamos y conocer que los dos éramos profesores, nos dijo que él tenía un hijo profesor...Siguió luego un monólogo por su parte sobre las dificultades de la vida en Cuba, adornado por algunas anécdotas de cómo era anteriormente. Pero al darse cuenta de que a la señora que montó último no parecía hacerle mucha gracia, cambió de tema y cayó, como se dice, en "su salsa"...
Nos preguntó si teníamos un "puerquito" y le dije que sí, pero que era muy chiquito, y contestó que él también tenía uno, que pesaba 800 libras! y fríamente, muy serio, dijo:
                          - Mi puerco es muy especial...Yo nunca tengo problemas con la "manteca"...
                          - Por qué ? Le preguntó mi esposa- Mata muchos puercos y guarda la manteca?
                          - No- respondió- como le dije, yo sólo tengo un puerco, que se llama Sebastián...Pero que es muy especial...
                          - Por qué es especial señor? Le pregunté yo.
                          - Porque yo saco manteca de él sin matarlo... Fíjense, yo pongo una olla grande debajo de él, y con una navaja de afeitar, le "raspo" la piel, y va saliendo la manteca, clarita clarita...Es una bendición tener un animal así...
                          - Mi esposa me miró y yo la miré, y no dijimos nada...Estábamos estupefactos! ! Y ni hablar de la señora que montó último, que miraba a Felipito como si fuera un fantasma!
                          Pero él ni se inmutó y siguió serio diciendo que era una raza de puercos muy rara que provenía de China, y que a él le habían regalado el "puerquito" en Banes, como agradecimiento por haber llevado a un matrimonio a un velorio por la madrugada...
                           Sí, Felipito era un ser muy especial, y les juro que nunca he conocido
 a alguien como él a lo largo de mi vida, que ya cuenta con muchos años...
                           Seguimos utilizando los servicios de Felipito por muchos años, y en cada viaje, escuchamos sus cuentos llenos de mentiras, y nos gustaba observar la cara de los que los oían por primera vez, como el del coco de un árbol de su casa que él taladraba, le sacaba el agua un día tras otro sin que se agotara o se secara; o el de la mata de boniato que tenía en su casa, a la que le sacaba un boniato de cinco libras hoy, y al día siguiente tenía otro igual...Era inagotable la fuente de donde sacaba esos relatos disparatados...Una vez le pregunté por qué contaba esas cosas sin sentido real, y me contestó:
                         - Amigo Raúl, los viajes son largos y tediosos, y hay que entretener a los pasajeros...
                         Era todo un personaje Felipito, pero ante todo, hay que decir que era todo un caballero, muy buena persona. Ojalá esté vivo todavía, porque el sufrió mucho en su vida ( su hijo Paquito murió joven ), a pesar de su jovialidad...
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