domingo, 29 de abril de 2018

Mis Pesquerías en Preston. Primera Parte. Una aventura increíble con un final milagroso.

                         Una aventura increíble con un final Milagroso. Primera parte.
Me levanté esa madrugada de sábado de 1993 a las 2 AM, y rápidamente colé café, preparé una botella de agua con azúcar parda, cogí un pedazo de pan, lo envolví en una hoja de libreta y lo introduje en un "nylon" para protegerlo. Luego organicé los cordeles, y los puse en la caja que tenía para trasladarlos, junto con los pocos anzuelos que tenía de repuesto y otros avíos y utensilios necesarios, tanto para la pesca, como para el motor del bote, como bujías yugoeslavas, tan viejas, que era un verdadero milagro que aún funcionaran. A todo lo cual agregué un cuchillo grande que había hecho con un pedazo de un machete que se me había partido y que tenía un buen acero y un filo cortante, amén de un "tolete" de júcaro para atontar y matar a las presas, y un bichero, por si la buena fortuna me permitía atrapar un pez grande, poder ayudarme a subirlo a la embarcación. Todo lo anterior, más el ancla y la atarralla, lo acomodé en una carretilla que había construído con desechos de tablas de mi casa y dos ruedas de los pequeños triciclos de cuando mis hijos eran pequeños, junto con un galón de gasolina que había comprado en el mercado negro. Luego de revisar cuidadosamente mis enseres, enfilé hacia los muros a buen paso. Cuando llegué, me fijé que la marea estaba llenando, y que tenía suficiente agua como para poder traer el bote hasta los Muros, lo cual haría más fácil el embarque. Sin pensarlo dos veces, me quité el pantalón, y solamente con la trusa, me tiré al agua, que a pesar de estar en julio, estaba ligeramente fría, y comencé a caminar llevando un remo para tantear el fondo, pues no descartaba que hubiera una levisa ( manta raya ), animal muy peligroso por el poderoso "aguijón"de marfil con el cual ataca, y yo había presenciado uno de esos accidentes... Ya en el bote, lo desamarré y lo conduje hacia donde estaban mis cosas, las cuales trasladé a bordo en un santiamén. Puse los remos y comencé a remar alejándome de los muros, y cuando estaba a la altura de la punta del Cayito, dejé de remar y encaramándome en la popa del bote, me puse a observar el mar a mi alrededor para ver si veía sardinas con la ardentía, pues la madrugada estaba muy oscura, y me percaté que había muchas "líneas" blancas que se desplazaban a gran velocidad en todas direcciones, por lo que preparé la atarralla, e hice el primer lanzamiento, con el cual tuve la suerte de coger bastantes sardinas y varias "mojarritas". Luego de varios "atarrallasos" casi en blanco, determiné arrancar el motor ( una planta UD-2 rusa de dos cilindros de la cual no tenía papeles ). Al cuarto o quinto "crancazo", arrancó, y me dirigí hacia Boca Ciega, que es una de las desembocaduras del Río Mayarí, y pude ver que habían varias embarcaciones, unas fondeadas, y otra con pescadores que, al igual que yo, estaban tratando de coger sardinas, que es la carnada por excelencia. Apagué el motor y puse los remos, dirigiéndome hacia los mangles de la izquierda, poniendo el bote al pairo, comencé la agotadora tarea de lanzar la atarralla una y otra vez, con la suerte que en pocos lances, pude completar mi meta: Media caja de sardinas que eran más que suficientes. También capturé 15 camarones de regular tamaño y dos lisetas. Secándome con una camisa vieja que llevaba al efecto, me puse el pantalón y la camisa, y fondeando el bote, empecé a preparar carnada bajo la luz de una caneca, y cuando consideré que tenía suficiente, arranqué el motor y enfilé para un "pesquero" llamado "El Hondón" por su gran profundidad, del cual yo tenía la "marca" de noche y de día...continuará....

Mis pesquerías en Preston. Una aventural increíble con un final milagroso. Segunda parte y final.

                       Una aventura increíble con un final milagroso, segunda parte y final.
Cuando enfilé hacia el pesquero, pude apreciar la estrellada bóveda celeste que me acompañaba en el trepitante viaje, pero también observé hacia el Este, la negrura del cielo más allá de la entrada de la Bahía y Saetía, por donde en una hora y media, calculé, aparecería Febo, brindándonos su luz y calor.
Con el motor a toda marcha, la chalana se deslizaba rauda, y la proa partía el agua quieta, como un cuchillo, desplazando a ambos lados, miríadas de organismos vivos que se destacaban por la ardentía por sobre la la sombra oscura de las aguas del mar. Fue en ese momento en que aproveché para 'desayunar" mi magro pedazo de pan, acompañado por sorbos de agua con azúcar parda y que culminó con un sorbo de café frío y el encendido de un cigarrillo...
A pesar de tantas y tantas veces que había navegado de noche-madrugada, siempre admiraba ( o he admirado ) la belleza del momento, impactado por las miles de sombras que se destacaban en lontananza bajo la tenue luz de las estrellas y la fría y acogedora luz de la luna; los contornos de las elevaciones, entre las que se destaca la del Ramón de Antilla, detrás de la cual está el histórico Faro de Punta Lucrecia, anunciando a los navegantes con su amarillenta luz, el peligro de los arrecifes, el cual por supuesto, no se aprecia desde el interior de la Bahía; también los saltos de las lisetas espantadas por el ruído del motor y el desplazamiento de la embarcación, que venían a turbar el impulso de sus cardúmenes...La pesca de noche no deja de agregar a su peligrosidad, el misterio que acrecienta la oscuridad y lo desconocido.
Cuando localicé el pesquero, no sin trabajo, pues algunas de las 'marcas" ( Luces y sombras a la distancia, no son fáciles de distinguir ) y por supuesto, con el motor apagado y utilizando los remos ( remando hacia adelante ). Y cuando supuse que estaba en el "lugar" más o menos, tiré el ancla, un pesado hierro al cual le habían soldado cuatro pedazos de cabilla, las cuales tenían la función de enterrarse en el fondo del mar y evitar la "deriva" de la embarcación, deslizándose la soga por mis manos llenas de callos a una gran velocidad, arrastrada por el peso, hasta que se detuvo por la llegada del ancla al fondo. Apenas me quedaron cuatro metros de soga, pues la profundidad era muy grande: El nombre de "Hondón" le quedaba muy bien puesto al pesquero, pues era considerable la profundidad en ese lugar, por donde "corrían" grandes peces como Cuberas, pargos, sierras y hasta tiburones. Terminada esta maniobra y ya con el claro del día encima ( ya el sol comenzaba a asomarse adornado por una gran aureola anaranjada ) y las sombras casi se habían disipado por completo, para dar paso a la luz del día, por lo que comencé de inmediato, a encarnar los anzuelos de los cordeles "grandes", que tenían anzuelos del 14 y el 15 cero, con una liseta y que lancé por la popa, lejos de la embarcación, para ver si algún pez de buen tamaño picaba en ellos. Seguidamente encendí un cigarrillo y encarné los anzuelos de mis dos "fuetes" ( dos anzuelos en cada uno, un dos cero abajo, y a un cuarta y media más arriba, un tres cero ), los cuales comencé mover para llamar la atención de los peces.
El día "parecía" bueno para pescar; el viento era suave y la luz clara, pero me llamó la atención cierta "opacidad" en el sol, y la formación de nubes grises hacia el este y hacia el oeste, pero no les di importancia en ese momento. No "picaba" nada. Pasaban las horas y nada. Sobre las 10 am, uno de los carretes corrió indicando que algo había picado y lo cogí tirando con fuerza y sentí un tirón el cual aguanté para luego darle un poco de cordel, pero no me pareció un pez muy grande...Seguí recogiendo el cordel, y embarqué una hermosa biajaiba como de unas cuatro libras, le quité el anzuelo, volví a encarnarlo y lo tiré de nuevo al mar. Seguían pasando las horas y no pescaba nada, pero el día se había nublado. Calculo que, sobre las 11 am, me dieron una picada fuerte en uno de los fuetes, sentí un fuerte tirón y comencé a recoger el cordel, que sonaba sobre la banda por el esfuerzo y logré embarcar dos curvinos ( aquí le llaman "corvina" ), grandes de más de dos libras cada uno. Les quité el anzuelo, los encarné y lancé hacia abajo de nuevo, pero ya el otro fuete se iba "corriendo" hacia abajo con dos curvinos pegados, tan grandes como los anteriores...No daba a basto ante aquella "picada" tan fuerte y seguida, por lo que deduje que tenía un gran cardúmen de curvinos debajo de mí. El que lea esto y no ha pescado nunca en un bote, no puede imaginarse lo que se siente en esta situación, la "adrenalina" que siente el pescador, el esfuerzo que realiza, la emoción que lo embarga...Yo estaba tan entretenido, tan emocionado sacando más y más curvinos, que no me había percatado de cómo había cambiado el tiempo...La marea estaba llenando y la oscuridad era cada vez mayor a pesar de ser cerca de las 12 pm, y fue entonces cuando sentí un viento frío en mis espaldas, que miré detrás de mí, hacia Preston y no pude distinguir al pueblo, pues una cortina enorme de agua, que venía hacia mí, me lo impedía. Era una gran tormenta en toda la regla y me preparé para capearla con mis limitados recursos. Fui a proa y eché al mar el resto de soga que quedaba, y revisé el nudo en el gancho, al cual le di dos vueltas más, haciéndolo más fuerte. Yo le había puesto una especie de armazón con los tubos de un catre viejo, los cuales estaban atornillados a las bandas y cubiertos por una lona llena de parches para que me protegieran del sol y de la lluvia, pero cuando llegó aquel chaparrón, envuelto en vientos con gran velocidad, los tubos se doblaron, y dos fueron arrancados, ( gracias a Dios que al partirse, se fueron por el lado contrario y no me golpearon ). La mar embravecida en la cual se mecía casi sin control, la chalana, echaba agua hacia su interior, la cual yo sacaba con un cubo negro de plástico, pero por cada cubo de agua que sacaba, entraban dos, a pesar de lo cual, sabía que tenía que continuar sacando agua, pues el riesgo de hundirme era cada vez mayor, porque el viento arreciaba, y yo lo sentía en todas direcciones, pero sobre todo, de sur a norte. No se veía NADA alrededor y los rayos caían uno detrás del otro. Nunca me había visto en una situación tan desesperada en el mar, tanto, que pensé que había llegado mi hora...Rezándole a la Virgen de la Caridad, me amarré a la caja del motor, que era de madera, a modo de "salvavidas", cogí en la mano derecha un enorme cuchillo que tenía y me dispuse a luchar por mi vida cuando se hundiera la chalana...En esa terrible situación me encontraba, cuando, de momento, TODO pasó: los vientos se calmaron, la lluvia cesó y la mar se calmó como por ensalmo...y el sol volvió a lucir brillante encima de mí. Increíble amigos míos: un Milagro me había salvado...Cuánto duró todo aquello? 20 minutos, media hora...no sé. Fíjense si la tormenta fue violenta, que mi chalana fue arrastrada ( con el ancla en el fondo! ) hasta Punta de Verraco!!! que estaba a más de dos kilómetros del Hondón. La soga del ancla resistió y logré sacarla, no sin un tremendo esfuerzo, y alrededor del ancla, había además del cieno del fondo, pedazos de cordeles con anzuelos perdidos vaya ud a saber hacía cuánto tiempo. Me puse a ver qué había perdido, y sólo anoté la estructura de aluminio y la lona vieja, que se había vaya ud a saber dónde. Trasteé el motor y a pesar de que tuve que dar muchos crancazos, por fín arrancó y enfilé hacia Preston, con vida, gracias a Dios y al Virgen de la Caridad y con diez ensartas de curvinos y una biajaiba ( cada ensarta de cuatro pescados). Amigos míos, como bien dije en uno de mis relatos anteriores, Nunca se Sabe, por lo que hay que vivir el día a día con ayuda del Señor.

miércoles, 25 de abril de 2018

Personajes Inolvidables de Preston XI: El Capitán Ventura

                         El Capitán Ventura, otro Personaje Inolvidable de Preston
Había en Preston un personaje parecido a "Popeye". El señor Ventura de la Llana tal y como lo recuerdo, era un hombre de estatura mediana, encorvado por el peso de los años, de andar bamboleante por los muchos años pasados en el mar, de quijada prominente y pómulos y ojos hundidos. Siempre mantenía un cigarrillo apagado ( o encendido ) en las comisuras de los labios. También portaba un amenazante cuchillo en una funda en su cinto, a un costado, que lo hacía parecer como un John Silver tropical sin la "pata de palo" y el loro. Una gorra otrora blanca, y con un ancla en la parte delantera, completaban el atuendo del singular personaje.
Vivía en la calle "B" a un lado de la Farmacia del pueblo. Lo recuerdo gruñón, persiguiendo a una banda de chiquillos que le voceaban: "Quijá de pollo", motivados quizás por su gran mandíbula. También había algún que otro "guasón" que, al pasar frente al parque, le decían el mismo mote, con voz aflautada, provocando su iracunda respuesta:-"Por qué no es hombre el que me ofende y da un paso al frente!", con la mano puesta en el mango de su cuchillo...pero era por gusto, pues las caras adustas de los que formaban el grupo, miraban hacia otra parte, y cuando él se cansaba de esperar respuesta, y echaba a andar, sonaban las carcajadas a "sotovoce", que se hacían más fuertes cuando ya estaba lejos. Así era Preston.
En los buenos tiempos de la United Fruit Company, el señor Ventura era capitán del Saetía, el barco de cabotaje que tenía la Compañía para enlazar a sus pocesiones en el Oriente cubano. Esta embarcación tenía un potente motor y algunas comodidades, y siguió bajo el mando de Ventura, hasta bien entrada la década de los '60. Muchos decían en Preston, que Ventura se había dedicado al contrabando de licores cuando la Ley Seca regía en los Estados Unidos, aunque eso no puedo afirmarlo con toda seguridad y ya a esta altura de la vida, va a ser bastante difícil conseguir pruebas al respecto.
A mí siempre me gustó pescar, porque encontraba ( y encuentro aún hoy ) este fascinante pasatiempo muy emocionante y productivo porque proporciona la carne de pescado, que para mí es la más preciada por su sabor y por los nutrientes que aporta. El señor Ventura también era un fanático de la pesca, y ya jubilado, se hizo "pescador de rivera" o de costa, ya sea en los variados Muros de Preston, o en sus dos muelles de cabotaje, el llamado Muelle Chiquito, y el Muelle Grande, donde atracaban los barcos de gran tonelaje, que venían a buscar la excelente azúcar del defenestrado tristemente Central Preston.
En aquellos tiempos, éramos muchos los que pescábamos en los muelles, pero nadie cogía tanto pescado como Ventura, lo cual me llamaba la atención al igual que a otros. Un día sábado, sobre las 8 de la mañana, decidí seguir a distancia a este singular pescador, el cual portaba siempre una jaba grande, de las que la tapa bajaba y subía a los largo de agarraderas de "yarey". Con su paso de marinero iba arrastrando los pies por toda la calle "B", pasó frente al Panamerican Club, que había sido transformado en Secundaria ( a la cual yo asistía por esos días ), y tomó el camino de los muros, dirigiéndose hacia la playa. Esta parte de los muros, estaba bordeada por matas de mangle, y cuando llegó a la altura del primer tanque de miel, se paró y buscó entre el mangle, sacando un palo que tenía en su extremo, una lata de chorizos, volviendo con este artefacto a los muros, y agachándose, lo introdujo en el agua, sacando algo que guardaba en la jaba, y volvía a repetir la operación una y otra vez. A la distancia a que yo estaba, no podía apreciar bien qué era lo que extraía del agua, hasta que finalmente me di cuenta de que eran !"Makeyes"! Cuando terminó, se dirigió lentamente hacia el Muelle Grande, en el cual había bastante gente pescando, y se sentó en el piso, cerca del primer chucho. Yo pasé de largo y me senté a unos tres o cuatro metros, saqué mi cordel e hice como que pescaba, pero estaba observando a Ventura, el cual sacó un martillo de plomero, y de un golpe seco, "destripó" a un makey, y habilmente le quitó el abdomen el cual enganchó a un anzuelo creo que dos cero, y bajó el cordel, tirando casi enseguida de él y sacando una cubereta de 2 o más libras! Ese era el "secreto" de la abundante pesca que siempre hacía Ventura: La carnada era Makey! Inmediatamente abandoné el muelle, fui a mi casa y busqué una lata lo suficientemente grande, la agujereé, la clavé en el extremo de un palo de escoba, y me fui a buscar "Makeyes". De más está decirles que mi "suerte" en la pesca cambió para siempre. Ya adulto, cogí muchas "cojinúas", cuberetas, mojarras, etcétera en la Boya de la Luz y otros lugares de la Bahía de Nipe, usando el Cangrejo Hermitaño que buscaba en la Punta de Cobo. ( el Cangrejo Hermitaño" es el "pariente" del Makey, crustáceo que está muy mal estudiado y mal difundido en internet, en donde no hay ni una foto de él
.
He disfrutado mucho escribiendo esta semblanza, pues me ha permitido recordar aquellos buenos años de la niñez. Aclaro que el señor Ventura no era el "ogro" que algunos creían en su mala voluntad y que muchos niños querían tener la suerte que tenía en la pesca, y ponerse al mando de un barco como el Saetía que, para ellos, será siempre el Barco del indomable y eventurero Capitán Ventura.

Nota: Estos crustáceos tienen en común el uso de conchas de caracol para cubrir su abdomen, que es más blando que el de otros cangrejos. Este tipo de relación interespecífica que mantiene con las conchas de los moluscos muertos se denomina tanatocresis, y es uno de los pocos animales que la realiza. Existen alrededor de 500 especies de cangrejos ermitaños alrededor del mundo, siendo la mayoría acuáticos, pero existiendo algunos terrestres.
Sólo la parte delantera está cubierta por un exoesqueleto rígido. Para protegerse se refugia dentro de conchas vacías de moluscos. Su abdomen está enroscado para que pueda caber dentro de la concha; además, sus patas y pinzas le permiten bloquear la entrada. A medida que el cangrejo crece, debe cambiar de casa. Empieza por inspeccionar detenidamente con sus pinzas las conchas vacías y cuando encuentra la adecuada, se muda rápidamente. Para los cangrejos ermitaños encontrar una concha vacía es cuestión de vida o muerte, por lo que son frecuentes las luchas entre ellos cuando hay pocas disponibles.
Aclaro que el "Makey" sólo puede vivir DENTRO DEL AGUA DE MAR, y por eso, siempre busca lugares donde pueda tenerla. El Makey se adhiere a las paredes BAJO EL AGUA, o a los palos de mangle que están BAJO EL AGUA. Eso lo diferencia del Cangrejo Hermitaño que sí puede vivir FUERA DEL AGUA.

martes, 24 de abril de 2018

Incendios Notables de Preston Final: El incendio del Panamerican Club

                         

Incendios Notables de Preston final: El incendio del Pan American Club.


                      Aunque no he podido corroborar la fecha, estoy casi seguro que el Pan American Club fue inaugurado en la década de los años '30. Los norteamericanos son muy sociables, porque tienen un gran sentido gregario, por lo que, al aumentar su número en Preston como ejecutivos, ingenieros y con otras responsabilidades y casi todos con sus respectivas familias, pensaron a continuación en construir un lugar donde pudieran socializar, y fue así, como se determinó por la dirigencia de la United Fruit Company, erigir un Club, donde además de descansar, se pudiera socializar de múltiples maneras. El Pan American Club fue construído según los cánones de la arquitectura de madera del sur de los Estados Unidos, y su ubicación estaba en la acera opuesta al Hotel Miramar, en lo que sería la última edificación de la calle "B". Elegante y ecléctico por sus arcos y columnas, el Pan American Club tenía una magnífica vista frontal del este de la hermosa Bahía de Nipe, y constaba de dos pisos. La actividad más intensa se realizaba en el primer piso, donde existía una cafetería y cómodos sillones de mimbre donde se podía descansar luego del ajetreo de un día agobiador de trabajo. Tenía además, áreas de juegos de mesa, siendo los más solicitados, los de cartas. En la parte superior, habían habitaciones para uso de los socios, sus familiares y amigos. Estos dos edificios, el Hotel Miramar y el Pan American Club, eran admirados por todos, residentes y foráneos, por sus elegantes líneas. Al final de la calle "B" que pasaba por delante del Club, había una rotonda, en cuyo centro estaba la Casuarina más grande de Preston, la cual sobrepasaba en altura la majestuosa estructura. Según me han contado los que vivieron aquella bucólica época, el Pan American Club fue visitado popr notorias personas de la Farándula en Cuba, como Tongolele, Tito Gómez entre otros. Se habla de algún que otro artista norteamericano importante, pero esto no lo puedo afirmar...
     
                    Cuando ocurrió el "desastre" de 1959, y luego la expulsión, con la consabida expropiación de todos sus bienes de la United Fruit Company, el Pan American Club fue "nacionalizado", y comenzó a utilizarse como Secundaria Básica, a la cual pusieron el nombre de Ivo Sanamé Nieves, y donde yo cursé los tres grados, al igual que otros de los que leerán esta Nota, y por donde desfilaron personajes dignos de una reseña, como el Loco "Bolmey", un director comunista que mandaron de Holguín, pero contar sus historias no es el objetivo de este escrito, por lo que lo dejo para otra oportunidad...La parte superior, la dedicaron a "albergues" de técnicos azucareros y de otra índole. Luego, con el pasar de los años, y el continuo deterioro, del otrora bello Club  ( pues como acostumbran las "termitas", no reparan NADA QUE HAYA SIDO NORTEAMERICANO ), la estructura de madera comenzó a tener signos de derrumbe, y trasladaron la secundaria para la casona de los Superintendentes de la United, y sorpréndanse, le "dieron" aquel edificio, ya con visos fantasmales, a 7 u 8 familias para que !vivieran en él! Una locura! Y fue en la década de los '80, donde ocurrió el siniestro...Unos dicen que el fuego comenzó por el extremo derecho, y que se hizo masivo, cuando una persona, de los que vivían allí, "equivocadamente" le echó un cubo de !QUEROSENO! A LAS LLAMAS PARA APAGARLAS PENSANDO QUE ERA AGUA!!!! Imagínense, aquella madera vieja y apolillada ardió totalmente y solamente quedaron los "pilotes" donde se asentaba una de las edificaciones emblemáticas de Preston. Aquellas familias, comenzaron a pedir que les construyeran casas, y al cabo de algunos años, comenzaron a construir en Rancho Grande, un pequeño barrio, al cual, por el título de una telenovela brasileña que pasaban entonces, le pusieron "GRACIAS POR EL FUEGO"!!! Casualidad el nombrecito? Vaya Ud a saber! Amigos míos, ya de aquel pueblo que era envidia de tantos otros en el Oriente del país, casi no queda nada, como no sea la Memoria, tanto de los que "nos fuimos", como de los que se "quedaron", quizás por lo que dice el Poeta: "...pero los muertos están en cautiverio, y no los dejan salir del cementerio..."

Incendios Notables de Preston I. El incendio de la Iglesia Católica de Preston

                       

Incendios notables de Preston.


                  Dicen que la historia de un pueblo comienza en su Iglesia, y la de Preston no es ajena a esta especia de axioma popular. Desde muy temprano, en los albores del siglo XX, en preston fue construída la Iglesia católica, de madera, y siguiendo los cánones de la arquitectura  del centro sur de los Estados Unidos. Con su alto campanario, desde el cual salía el inconfundible sonido llamando a misa o a celebraciones importantes, la Iglesia, situada en el corazón del pueblo, marcó un hito para todos sus habitantes, creyentes y no creyentes ( que eran los menos). Con sus bautizos, bodas, catequésis, y aún velorios, le hacía sentir a los habitantes de Preston que en ella no solo encontrarían una forma de manifestar su fe, sino que también era su protectora, por la intercesión de su Patrona, la inefable y milagrosa Santa Teresa de Jesús, y así la consideraban innumerables personas que me lo manifestaron a lo largo de muchos años, y que lamentablemente, por ley de la vida, ya han fallecido, entre las que destaco a la señora Eduviges Campos, conocida por "Chicha" Campos, y la señora Cuca Herrán, que aún mantiene su activa vida religiosa, ambas muy respetadas y queridas por todos.
                   A lo largo de sus casi  90 años de permanencia física, la Iglesia católica tuvo innumerables sacerdotes, los cuales casi siempre radicaban en Mayarí, con la notable excepción del Padre Emerio Sánchez, quien vivió durante más de 10 años en,  por y para la Iglesia y el pueblo de Preston, y con su partida y la "ofensiva" comunista de la década de los '60, la feligresía comenzó a cambiar y a disminuir, en lo cual también influyó la gran emigración de sus fieles hacia el extranjero, fundamentalmente hacia los Estados Unidos. En la década de los '80, llegaron al municipio Mayarí los Misioneros del Verbo Divino, orden sacerdotal integrada por ejemplares sacerdotes, que con un trabajo paciente y lleno de fe, comenzaron a transformar la religión católica en el municipio, comenzando por una loable y dura tarea de evangelización, que llegó hasta Sagua de Tánamo!, y como la Iglesia de Mayarí estaba en muy malas condiciones ( su ardua reparación duró más de 10 años ), le hicieron mejoras a la Iglesia de Preston, donde se realizaban retiros y eventos juveniles y Marianos, pues se contaba con la "Casa de las Monjas" y otra en los Muros, para alojar a los que venían de otros municipios de la provincia. La labor incansable de estos abnegados misioneros, encabezados por los sacerdotes Joao Mellato ( Padre Juan) brasileño, el Padre Sergio, argentino, el Padre Franco Daltin italiano, el  Padre Tomás Kearney, irlandés y el Padre Juanito Banogbanog, filipino,  actual párroco de Mayarí, levantó el catolicismo en todo el inmenso territorio mayaricero, sobre todo después de la milagrosa y profunda visita del Papa Juan Pablo II a Cuba, en febrero de 1998, cuando los Templos volvieron a llenarse de creyentes, y la Fe católica comenzó de nuevo a crecer en toda Cuba...Y fue entonces que ocurrió el desastre.
                El día antes del nefasto acontecimiento fue viernes, día de misa, la cual fue oficiada por el reverendo Franco Daltin y yo leí durante su desarrollo, un trozo de la carta de San Pablo a los Corintios. Al terminar la celebración, el padre Franco, Juana Muguercia y yo, que fuimos los últimos en salir, revisamos la entrada de corriente a la Iglesia, ( y debo decir que un mes antes, la caja principal de la electricidad fue cambiada por una nueva, y los cables sustituídos, ) y no encontramos nada extraño, y al bajar la "cuchilla" dejamos sin electricidad al Templo. También revisamos el altar Mayor, donde se encontraban las imágenes de El Sagrado Corazón de Jesús, Santa Teresa de Jesús y la Inmaculada Concepción de María, estas dos últimas, habían sido restauradas por mí, después de más de tres meses de arduo trabajo, y parecían nuevas, a ver si había alguna vela encendida, y no encontramos ninguna. Seguidamente Juana cerró la puerta de la Iglesia, y el padre Franco la llevó a su casa en "Katanga" en el viejo WW rojo que utilizaban los sacedotes para desplazarse dentro del municipio y más allá. Y yo me fui para mi casa. Serían más o menos las 9 y 25 de la noche. Sobre las dos de la madrugada, nos despertamos Carmen y yo, al grito de : "Se quema la Iglesia!!", nos vestimos y salimos a la calle corriendo, y pudimos contemplar el dantesco espectáculo, incorporándonos a la muchedumbre que ya se había reunido...No se pudo hacer nada, pues ardió por los cuatro costados, a una velocidad espantosa, pues  el fuego tenía mucho "alimento", pues casi todo los que había en el edificio, era altamente combustionable. Qué dolor y qué impotencia sentimos todos los que estábamos allí! Dolor por todo lo que representaba para el pueblo, para los que crecimos en su seno, porque se había quemado la Memoria de Preston en los infolios de bautismos y matrimonios, porque se perdieron para siempre, las imágenes veneradas por centenares de prestonenses a lo largo de más de ocho décadas! Impotencia, porque ante la salvaje magnitud y ferocidad de las llamas, que parecían provenir del Averno, no teníamos medios para combatirlas...Entrada la madrugada, se presentaron varias personalidades católicas, entre ellas, Monseñor Peña, en esa época Obispo de la Diócesis de Holguín, que elevaron oraciones ante las cenizas de la calcinada Iglesia, todos consternados ante tamaña pérdida y le brindaron esperanza y solidaridad al empobrecido pueblo de Preston.
                Mucho se habló ese día y los siguientes de cómo pudo ocurrir ese descomunal incendio, e inmediatamente fueron descartadas la posibilidades de una falla eléctrica o una vela encendida en su interior, y surgieron entonces muchas conjeturas, una de las cuales era de que fue intencional...
Muchos años después, se comentó que, un sujeto que había sido detenido por haber asesinado a cuatro personas, ( sí, un asesino múltiple en Preston! ) había confesado que él le "había dado candela a la Iglesia, incendiándola por varios puntos al mismo tiempo", lo cual no puedo afirmar, pues casi enseguida, salí de Preston y de Cuba...Lamentable, tristemente lamentable acontecimiento, que parece corroborar el dicho de que: "Cuando arde la iglesia de un pueblo, no tardan en ocurrir desgracias..." El incendio fue en el año 1999, y al año siguiente, el gobierno cerró el Central azucarero, matando la principal fuente de trabajo del pueblo; al mismo tiempo, el pueblo se sumió en una carestía de agua tan grande, producto de una gran sequía, y de la mala administración de las fuentes de agua potable, que prácticamente se paralizó; varias epidemias también sacudiero a Preston y como colofón, el huracán Ike casi lo barre por completo, haciendo aún más difícil, la depresión económica y social de un pueblo que casi ha perdido su identidad...y que conste que solo he mencionado algunas de las cosas, que han hecho de Preston, casi un pueblo fantasma. Pero tengo noticias de que, lo que no se ha perdido, es la Fe y la esperanza en un futuro mejor con la ayuda de Dios...El Señor permita que así sea...
                 

Personajes Inolvidables de Preston XII: El Rey de las Fritas

                         El Rey de las fritas de Preston y otros recuerdos...
En Preston todo era alegría cuando había zafra, pues más del 90% de los hombres trabajaban en la Fábrica de azúcar, conocida como "Central Azucarero", pero cuando llegaba el "Tiempo Muerto", las cosas cambiaban drásticamente para los que no tenían trabajo fijo todo el año, porque tenían que "inventar" para buscar el dinero para vivir hasta la próxima zafra.
Los chinos sembraban maní en su pequeño pedazo de tierra, frente la casona donde vivían detrás del Central, y lo vendían "garapiñado" ( con azúcar ) y con sal en cucuruchos de papel de estraza que guardaban en latas grandes para mantenerlos calientes. Si mal no recuerdo valían un medio y eran bien grandes, con mucho maní. Los chinos que vivían a la entrada del pueblo, sembraban hortalizas todo el año, que vendían por las calles de Preston a muy bajos precios, pero como todo era tan barato, les daba para vivir decorosamente.
Otros hombres que trabajaban en el Central, pasaban todo el "Tiempo Muerto" pescando, como Manuel El Isleño", Dominguillo y sus hermanos Pipe y Carmelo. Este último recuerdo que era el que traía pescado a mi casa, los jueves y viernes: El jueves, "serrucho" de tres o cuatro libras, que era el pescado que le gustaba a mi padre QEPD, y el viernes, una buena ensarta de "curvinos" pequeños, que era lo que le gustaba a mi madre QEPD, para hacerlos bien fritos y empanizados. Había tantos peces de todas las especies en aquella época en la Bahía de Nipe, que los compradores los encargaban por especie y tamaño! Y estos excelentes pescadores sabían dónde ir a buscarlos y NUNCA fallaban...Recuerdo perfectamente verlos por las calles de Preston con el "remo" cargado de ensartas pregonando su preciosa mercancía, que generalmente vendían. Imagínense que mi madre pagaba 15 centavos! por la ensarta llena de curvinos, y veinte por una lata de chorizos "El Miño" como medida, llena de camarones ( más o menos 3 libras ).
Había un señor que se llamaba Pedro Merencio que era muy luchador, se buscaba la vida vendiendo "pirulíes", "chupicambias" y fritas. Amigos míos a pesar del tiempo que ha pasado ( más de 50 años ) yo aún guardo en mi memoria el sabor y el olor de aquellas fritas....
Pedro tenía un carrito de dos ruedas, parecido al de "Mongo", que tenía una especie de "parrilla", donde freía las fritas, que guardaba en la parte derecha en una bandeja cubierta por una servilleta muy blanca. Y al lado, ponía otra bandeja con la ensalada y detrás la botellita de Kepchut, todo escrupulosamente limpio. Las fritas las freía al pedido, y las ponía en un pan de bocadito, con una hojita de lechuga y una rueda de tomate...Eran exquisitas!! Cómo las hacía? No sé, y seguro que la receta se perdió en el tiempo, pero eran las mejores fritas que he comido en mi vida! Aquí en Miami, hay una "fritería" que se autotitula, "El rey de las fritas", y no son malas, pero con todo respeto, no son mejores que las que hacía el señor Pedro...ni tampoco de las que hacía mi madre, que era una magnífica cocinera, pero con su humildad característica decía que las de Pedro eran mejores que las que ella preparaba. Yo a estas alturas de mi vida, declaro un empate.
Sobre las 6 de la tarde, ya Pedro y su carrito estaban frente al tráfico, y comenzaban a llegar los compradores. Generalmente, mi madre me mandaba los viernes y sábado, y a veces iba con Pepe Gil, QEPD. En ocasiones había má de 8 personas esperando que les frieran las fritas, pues como ya he dicho, Pedro las hacía "al pedido". Amigos míos, qué olor tenían esas fritas! Cómo daba deseo de comerse unas cuantas! A esa misma hora, más o menos, ya los chinos comenzaban su pregón: "Maní, maní tota'o!", "caliéntico!", que llamaba a los vecinos a comprar otra de las delícias de aquella paradójica época, porque realmente el maní que vendían los chinos era excelente. Los chinos hacían un gran venta frente al cine, pues los que acudían a la función, generalmente compraban maní, para luego, al salir, comprar helado y otras "chucherías" en el Siglo XX de Servando Conde.
Por la mañana Pedro vendía los "pirulíes", que ensartaba en un palo, y que costaban un centavo. Eran muy buenos también. Luego se hizo de una gran carretilla, y comenzó a vender "rallao", esa delícia fría con sabor a menta, fresa, cola, naranja...Y con ese negocio informal, tan variado, sacó adelante a su familia.
Qué tiempos eran aquellos! Los mejores porque fueron los de mi infancia, junto a mis queridos padres y mi hermano, con vecinos muy buenos, y que forman parte de un pasado que siempre recuerdo con cariño y emoción.

Nota: No he encontrado en internet una foto de un "carro de fritas" ni antes, ni después del 'desastre" del '59, ni tampoco de un carro semejante al que usaba el chino "José" para vender sus vegetales...y cómo había en Cuba antes del '59! Tanto en Preston, como en santiago de Cuba.

Personajes Inolvidables de Preston X: La Señora Adelfa y el Dr Giró.

                       

Personajes Inolvidables de Preston X. La Señora Adelfa Gómez y el Dr. Giró

                                Dos personajes inolvidables de Preston, sin duda alguna, se me quedaron en el tintero, y para hacer justicia conmigo mismo, y con mis coterráneos, aquí les dejo su reseña en síntesis muy apretada.
                               Adelfa Gómez es una mujer sumamente valiente, que ha luchado por la vida, y por la de sus hijos, con una tenacidad y Fe loables, y por demás, sóla. Persona culta y de grandes valores, continuó la gran tradición de Preston de tener grandes directoras de escuela. Ella lo fue, por muchos años, de la escuela que lleva el nombre del insigne Sacerdote Padre Félix Varela y Morales.
                              Mi querida esposa trabajó casi todo sus primeros años de maestra bajo sus órdenes, y dice, al igual que otras, que no ha tenido otra igual. Recuerda que en una ocasión, estando ella embarazada de nuestro primer hijo, "cayó" de visita, un "metodólogo" municipal que era un "empachado" comunista, y que de pedagogía sabía bien poco, y del idioma español menos...Cuando llegó este "personaje" a su aula, a la que se introdujo sin siquiera pedir permiso, la Señora Adelfa no estaba en la escuela, pues había salido para buscar una medicina para otra maestra. El troglodita funcionario estuvo todo el turno de clases, anotando no se sabe cuantas barbaridades en su "libreta metodológica" y al final, le dijo a mi esposa que la clase era "mala" y que así lo informaría en el "municipio"...Pero no contaba con Adelfa Gómez...Cuando iba de salida, ella lo llamó:
                         - Oiga señor metodolólogo, esta escuela tiene una directora y usted sabe quién es...Por favor, pase a mi oficina.
                        El cavernícola se detuvo en seco, y no tuvo más remedio que entrar en la oficina de Adelfa, donde ya se encontraba mi esposa. Adelfa le pidió por favor, que le enseñara los "resultados" de la visita que le había efectuado a su maestra, y él de mala gana, le dio su "libreta metodológica", comenzando inmediatamente a leer la "visita", porque ella sabía de qué pata cojeaba el "personaje". Pasados unos minutos, Adelfa levantó la vista y le dijo:
                          - Oiga señor metodológo, yo no estoy de acuerdo con nada de lo que usted ha escrito sobre la clase desarrollada por Carmen, pues esta joven maestra es muy buena y da unas clases brillantes...Lo que sí le digo es que ud no sabe ni ortografía ni redacción, porque lo que escribió está tan mal escrito, que no merece la pena leerlo; Así que le pido, que reconsidere su evaluación, o yo voy para Mayarí, con esta libreta y vamos a ver a cómo tocamos...
                          - El tipejo palideció, se puso amarillo y  se puso a pensar en las consecuencias que le podría traer a él, lo que había dicho la directora Adelfa, a la que conocía y temía, pues sabía que era muy capaz de hacer lo que decía, y tomó la decisión de dar marcha atrás a su absurda "evaluación". Pero Adelfa, que conocía muy bien el "paño", le pidió por escrito la evalaución de su maestra. Así era la Señora Adelfa Gómez, una mujer llena de principios y con una gran ética humana, y como tal, se preocupaba por todos los problemas de sus alumnos y maestros, sobre todo, con las maestras embarazadas, las cuales siempre contaron con su solidaridad y comprensión, valores que estaban ausente en muchos otros directores de escuela.
                          La recuerdo perfectamente cuando me decía: - "Estudia Raulito, porque el que sabe, siempre triunfa"...Y cuántas veces me dijo esas sabias palabras! Sin duda alguna la señora Adelfa Gómez le hizo mucho bien a nuestro querido Preston, al igual que el Dr Héctor Giró, en otro campo de inmensa importancia para el ser humano: La Odontología...
                          Siempre que recuerdo al Dr. Giró mi mente vuela hacia aquellos años tremendos de finales de la década de los '60, cuando una de las tantas y cíclicas crísis del comunismo sumía a nuestro pueblo no solamente en el hambre, que ya era tan  cotidiano como los apagones, sino también en una pérdida de valores que resquebrajaba el espíritu de miles de cubanos.
                          Corría el mes de mayo del aciago año de 1970, cuando por la "clarividente" y "brillante" idea del comandante en jefe del absurdo, las universidades fueron cerradas y sus estudiantes, como casi todo el pueblo de Cuba, fueron enviados a los cañaverales para librar la "batalla" de los 10 millones de toneladas métricas de azúcar, y yo como un estudiante del Alma Mater de santiago de Cuba, me encontraba cortando caña desde hacía un mes, en Calabaza 3, distrito cañero cercano al pueblecito de Deleite. Una mañana, sobre las diez, hice un alto en el corte, para atenuar el hambre comiendo caña, para lo cual escogí una "media luna", que son las que más jugo tienen, y pelándola, me senté a disfrutar de su dulce jugo bajo un sol que rajaba las piedras que abundaban entre los plantones. Cuando iba por el tercer canuto, al morder el pedazo de caña, sentí que algo se partía, junto con un lacerante dolor, y al escupir, me percaté que había perdido una muela, que salió casi entera, junto con un buche de sangre. Pero como el sangramiento y el dolor había cesado, no le di importancia, pensando que me había evitado una visita al dentista, y seguí cortando caña...Pero esa noche, me empezó un tremendo dolor en la mandíbula inferior, en la zona donde faltaba la muela perdida, y casi no dormí. Esa mañana, hablé con un capitán que fungía como jefe de batallón ( toda la estructura universitaria estaba militarizada ) y le pedí permiso para ir al puesto de "mando" que radicaba en Deleite, el cual me fue concedido porque este sujeto, se dio cuenta que me encontraba mal por le dolor. En el puesto de mando me dijeron, que no había un dentista por la zona, por lo que me dieron un "pase" para ir a una clínica en Santiago, y como de casualidad salía un camión para esa ciudad, en él me enviaron.
                           Nada más llegar a Santiago, fui a pie a la mejor clínica dental que había en ese entonces, que estaba en la carretera central. Eran como las dos de la tarde, y no había nadie, así que fui a recepción y pedí ver a un dentista. Enseguida me introdujeron a un gabinete, donde me atendió una doctora. Luego de revisarme y escuchar mi relato, me dijo que ese dolor debía ser por las encías "maltratadas", porque ella no notaba nada, y que además, no tenían "material" para hacerme placas...Me mandó abafortán en vena para el dolor y me despidió. Por la noche, en la casa de una tía, el dolor dijo aquí estoy yo de nuevo...Me pasé la madrugada despierto, y al otro día salí para Preston, adonde llegué sobre las cuatro de la tarde, e inmediatamente fui para la casa del Dr Giró, que estaba en la última calle de la Avenida. Toqué, e inmediatamente salió el Dr Giró, que me saludó , y al responderle el saludo, yo le dije:
                        -  Dr. ayúdeme, que tengo hace días un dolor que no se me quita. El me dijo:
                        - Siéntate en el sillón, que ahora mismo te reviso. Y con esa seguridad que dan los años de trabajo y los conocimientos, me revisó la boca cuidadosamente. Sus primeras palabras al terminar fueron:
                        - Cómo perdiste esa muela? Y yo le hice la historia.
                        - Oye Pi- me dijo -, yo creo que ahí hay una tremenda raíz, pero vamos a tirar una placa para estar seguro. Y salimos para el hospital, donde rápidamente, y diciendo que era una urgencia, preparó todo y me tiró tres placas. Luego me ordenó un abafortan en vena, que me puso María Soto, mientras esperaba los resultados de la radiografía. Cuando los tuvo,  me dijo que me sentara en el sillón, y mostrándome con aire de triunfo las placas, dijo:
                        - Yo tenía razón Pi! Tienes una enorme raíz, bien soldada al hueso...Mírala. Y me la enseñó.
                        - Es increíble que la dentista de Santiago no se haya percatado y no te atendiera Pi... Pero no importa, pronto no te molestará más. Y procedió a anestesiarme y luego, con la tremenda fuerza y habilidad que tenía, no tardó ni cinco minutos, en enseñarme una gran raíz en el extremo del último instrumento que utilizó. Y de esa forma, pude descansar del tremendo dolor de aquella muela o molar, perdida comiendo caña en el campo...
                        Seguidamente el Dr Giró me informó que me iba a hacer un cetificado para justificar los días de ausencia al corte de caña, y lo hizo tan bien, con términos estomatológicos tan enrevesados, que los "jefes" de la "unidad militar de la zafra" a la que pertenecía, no objetaron nada. Era un hombre muy inteligente y humano el Dr Giró, pues el supuso y con razón, que podría tener problemas por no haber resuelto el problema en Santiago...
                        Y como esta historia que acabo de narrar, el Dr Giro tenía decenas para contar a lo largo de su esmerada carrera profesional. Mi familia toda tiene mucho que agradecer al Dr Giró, el cual además era un gran conversador y hombre culto. Que tuvo defectos? Quién no los tiene? El padeció de una de las más terribles enfermedades, el alcoholismo, y que aún hoy, muchos especialistas dicen que es incurable. Pero si ponemos en una balanza todo el bien que hizo, y los estragos que causó en su organismo esa desdichada enfermedad, se inclinará hacia el primero. Hasta donde yo sé, nunca le dijo que no a nadie para atenderlo, y mi padre QEPD decía que no había un dentista que sacara con tanta limpieza y profesionalidad una pieza como el Dr Giró, y el sabía lo que decía, pues con él, se las sacó TODAS, sin el más mínimo problema. Ojalá hubiera muchos profesionales como el Dr Giró, cuya memoria siempre será recordada por los habitantes de Preston. Descanse en Paz Dr. Héctor Giró!

Un aulaUn aulaEn uno parecido trabajó el Dr. Giró...En uno parecido 

Personajes Inolvidables de Preston IX: Servando Conde Y Gustavo Pinto

                       

Personajes Inolvidables de Preston IX: Servando Conde Y Gustavo Pinto


                        Dos personalidades muy diferentes, dos incondicionales servidores de Preston. Cuando a finales de la década de los '40, Don Servando Conde compró el Siglo XX, lo hizo no solo con el objetivo de obtener ganancias, sino para transformarlo y de esa forma mejorar los servicios que prestaba a la continuamente en alza población de Preston...Y lo logró. En pocos años este céntrico lugar ya era una cafetería de primer orden, que contaba entre otros, con la primera máquina de hacer café expreso que funcionó en el pueblo, así como también con otra de fabricación italiana para hacer helados de una gran calidad, los cuales casi siempre vendía su esposa Arminda, de grata memoria para los que la conocimos. Nunca olvidaré a la Sra. Celia  con su larga cabellera negra, su sonrisa ancha y su dulce voz, cuando me decía: "Qué sabores de helados quieren tú y tu harmanito, Raulito? Conde sabía que tenía una gran competencia en la fabricación de dulces finos en Mayarí, así que contrató los servicios de uno de los mejores dulceros que he conocido, el Sr. Irlando López, el cual garantizó, hasta la fatal "intervención" del gobierno en la década de los '60, que la lucida y siempre brillante vidriera del Siglo XX, contara con los mejores dulces de harina de todo el contorno: Pasteles de guayaba, de carne, "señoritas" tan delicadas y crujientes, que se deshacían en la boca, coffe-cake, capuchinos que, de solo mirarlos, se le hacía "agua" la boca a cualquiera...una vidriera como aquella de mis años de infancia, solo las he visto en algunos Bakerys de Miami. Instaló también una mesa de billar, una "vitrola" o "traganíquel" nuevo, con una gran cantidad de discos de los más renombrados cantantes de la época, tanto de Cuba, como de España, y mesas donde el visitante podía comer una "completa" por apenas 25 centavos...Qué años aquellos, amigos míos! Por su ubicación, el Siglo XX era visitado por casi todo el pueblo: Los alumnos de la escuela católica Santa Teresa de Jesús, acostumbrámos merendar en él, así como los que salían del cine, hacían su parada obligatoria para tomarse un helado o una coca-Cola, los cuales casi siempre tenían como acompañante un delicioso dulce. Pero los domingos y días de "Verbenas" ( fiestas populares de origen español) eran los mejores para Servando y su negocio.
                        Gustavo Pinto será siempre recordado, no solo por su sabiduría sobre medicinas y sus usos, la cual era amplia, sino por ser un desinteresado servidor de la salud de los habitantes de Preston. Dirigía la Farmacia del lugar con precisión matemática, pues el orden que se apreciaba en su interior, era realmente notable. Casi todas las madres, cuando un hijo se enfermaba, a quien primero acudían era al Señor Pinto, el cual era considerado por muchas de ellas, como un médico, de tanto respeto que le tenían! Recuerdo que, por su consejo, mi querida madre ( y otras como ella), en cuanto aparecían síntomas de catarro, iba a la farmacia y compraba Emulsión Scott...Cuántos pomos nos tomamos mi hermano y yo! Pero no recuerdo haber tenido un catarro violento gracias a esa formidable medicina, que contiene, desde Omega 3, tan famoso hoy, como desconocido entonces, hasta vitamina A en forma de Beta-Caroteno, y todo el complejo B, además de otros fragmentos de sustancias claves para reforzar las defensas como la Vit C y la D. Y esto la hacía el Sr. Pinto porque le salía de la extrema bondad que habitaba en su alma, pues era un caballero con un gran sentido del decoro, al igual que Don Servando Conde. Aunque en áreas bien distintas y complejas, los dos fueron intachables servidores del Pueblo  de Preston.
                       Recuerdo a Don Servando, ya anciano, con múltiples achaques, apoyado en su bastón y encorvado, caminando hacia su banco favorito en la primera Glorieta del Parque de Preston, sentándose y apoyar sus dos manos en el cayado, para luego mirar al frente, fíjamente, como si en medio de las  brumas del tiempo, mirara los días de gloria de aquel Siglo XX destruído ya por las "Termitas"...Pero el tiempo, insensible, inmutable, sigue pasando...Y mis recuerdos van más allá y las notas suaves de una melodía saliendo de aquel "traganíquel", golpea mis neuronas y mi corazón una y otra vez: " Los Aretes que la faltan a la luna, los tengo guardados para hacerte un collar...
                    "Los Aretes que le faltan a la luna, los tengo guardados en el fondo del Mar..."
                  Siempre en mi memoria, tendrán un lugar de privilegio los hombres y mujeres que sirvieron a Preston...Aquellos que vivieron no solo para ellos, sino para los demás...Honrar, Honra como dijera el más grande de los cubanos!

Personajes Inolvidables de Preston VIII: Juana Muguercia

                       

Personajes Inolvidables VIII: Juana Muguercia.

                 Siempre me ha llamado la atención las motivaciones que mueven al ser humano a actuar, tomando en cuenta su muy limitada vida. Y la entrega total de Juana al servicio de la Iglesia y de los habitantes de Preston, no escapan a esa regla.
                 Mis recuerdos de esta humilde servidora de la iglesia se remontan a la década de los '50 del siglo pasado, cuando yo era un alumno de la Escuela Católica Santa Teresa de Jesús, y donde ella, además de conserje, era custodia absoluta, de las imágenes, Sacristía y altares de nuestra desaparecida Iglesia. A mí me gustaba sentarme frente al altar mayor, a mirar las Imágenes luego que salía de clases por la tarde, y casi siempre Juana estaba rezando un rosario, con sus manos apoyadas en la frente, ante el Cristo Crucificado, debajo del cual estaba el Sagrario, donde según la tradición, está en todos los templos católicos, el Sagrado Cuerpo del Nazareno. Su respeto y fervor eran admirables, y quizás, junto con el de mi querida Madre, sembraron en mí la devoción por esta sublime forma de orar: Desgranar las cuentas de un Rosario, sirve para meditar sobre la endeble condición humana, además de ponerse en contacto directo con Dios y todos los Santos y Santas de la Iglesia, a través de las Letanías...Y eso lo hacía, hace, y estoy seguro, hará Juana hasta el último día de su admirable vida.
                Cuando la nefasta política comunista hizo huir de los templos a miles de cubanos, Juana se quedó prácticamente al frente de la Parroquia, pues casi no había sacerdotes. Y junto a un reducido número de fieles, continuó la loable tarea de no solo difundir el Evangelio, sino de mantener abierto el Templo contra viento y marea. Qué prestonense no recuerda su lento y pausado caminar por las agujereadas calles de nuestro terruño, rumbo a las casas donde la enfermedad y la miseria ( las mismas que el gran Hugo describiera en los Miserables ), a donde iba a llevar consuelo a través de la Oración, y a veces, hasta ayuda material, ella que casi carecía de lo más necesario? Quién no recuerda sus visitas al Hospital? Quién no recuerda sus novenarios a los difuntos? Juana siempre ofrecía ( y ofrece ) su hombro solidario a todos aquellos que sufrían. Juana ha sido y siempre será, la Buena Samaritana de Preston...
               Cuando en la década de los '90 fue seleccionada para viajar al Vaticano, todos nos alegramos, pues sabíamos que nadie tenía más derecho que ella. Y Juana vio ese viaje, como una oportunidad de peregrinar al mayor Santuario de la fe. Cuando regresó me dijo: " Raulito, no encuentro palabras para decirte cómo me sentí; lloré ante las imágenes, y sentí que una nueva fuerza entraba en mí...regreso fortalecida" y yo le di un abrazo. Era lo que menos podía hacer.
              El Padre Tomás Kearney, sacerdote irlandés de la orden de Los Misioneros del Verbo Divino me dijo una vez: "Raúl, Juana es una cristiana como he visto pocas, entregada por completo al servicio humilde de Jesús. Es una católica admirable!" Y viniendo de este hombre, que había servido en los lugares más inhóspitos y miserables del mundo, ese era un gran elogio y el mejor reconocimiento a la entrega de esta humilde mujer, que sin haber entrado en una Orden Monástica, ha vivido toda su vida como una servidora incondicional de los mejores valores cristianos. Su llanto ante las humeantes ruínas del Templo quemado, deben haber conmovido a los ángeles...
             Que Dios, el Señor Jesús y su Divina Madre María de la Caridad, le den muchos años de vida y salud a Juana Muguercia, su extraordinaria servidora en Preston!
Juana Muguercia servidora de Jesús en Preston.Juana Muguercia servidora de Jesús en Preston.