miércoles, 14 de junio de 2017

Personajes Inolvidables de Preston XI. El Capitán Ventura, otro Personaje Inolvidable de Preston

                     Había en Preston un personaje parecido a "Popeye". El señor Ventura de la Llana tal y como lo recuerdo, era un hombre de estatura mediana, encorvado por el peso de los años, de andar bamboleante por los muchos años pasados en el mar, de quijada prominente y pómulos y ojos hundidos. Siempre mantenía un cigarrillo apagado ( o encendido ) en las comisuras de los labios. También portaba un amenazante cuchillo en una funda en su cinto, a un costado, que lo hacía parecer como un John Silver tropical sin la "pata de palo" y el loro. Una gorra otrora blanca, y con un ancla en la parte delantera, completaban el atuendo del singular personaje.
                    Vivía en la calle "B" a un lado de la Farmacia del pueblo. Lo recuerdo gruñón, persiguiendo a una banda de chiquillos que le voceaban: "Quijá de pollo", motivados quizás por su gran mandíbula. También había algún que otro "guasón" que, al pasar frente al parque, le decían el mismo mote, con voz aflautada, provocando su iracunda respuesta:-"Por qué no es hombre el que me ofende y da un paso al frente!", con la mano puesta en el mango de su cuchillo...pero era por gusto, pues las caras adustas de los que formaban el grupo, miraban hacia otra parte, y cuando él se cansaba de esperar respuesta, y echaba a andar, sonaban las carcajadas a "sotovoce", que se hacían más fuertes cuando ya estaba lejos. Así era Preston.
                   En los buenos tiempos de la United Fruit Company, el señor Ventura era capitán del Saetía, el barco de cabotaje que tenía la Compañía para enlazar a sus pocesiones en el Oriente cubano. Esta embarcación tenía un potente motor y algunas comodidades, y siguió bajo el mando de Ventura, hasta bien entrada la década de los '60. Muchos decían en Preston, que Ventura se había dedicado al contrabando de licores cuando la Ley Seca regía en los Estados Unidos, aunque eso no puedo afirmarlo con toda seguridad y ya a esta altura de la vida, va a ser bastante difícil conseguir pruebas al respecto.
                   A mí siempre me gustó pescar, porque encontraba ( y encuentro aún hoy ) este fascinante pasatiempo muy emocionante y productivo porque proporciona la carne de pescado, que para mí es la más preciada por su sabor y por los nutrientes que aporta. El señor Ventura también era un fanático de la pesca, y ya jubilado, se hizo "pescador de rivera" o de costa, ya sea en los variados Muros de Preston, o en sus dos muelles de cabotaje, el llamado Muelle Chiquito, y el Muelle Grande, donde atracaban los barcos de gran tonelaje, que venían a buscar la excelente azúcar del defenestrado tristemente Central Preston. 
                 En aquellos tiempos, éramos muchos los que pescábamos en los muelles, pero nadie cogía tanto pescado como Ventura, lo cual me llamaba la atención al igual que a otros. Un día sábado, sobre las 8 de la mañana, decidí seguir a distancia a este singular pescador, el cual portaba siempre una jaba grande, de las que la tapa bajaba y subía a los largo de agarraderas de "yarey". Con su paso de marinero iba arrastrando los pies por toda la calle "B", pasó frente al Panamerican Club, que había sido transformado en Secundaria ( a la cual yo asistía por esos días ), y tomó el camino de los muros, dirigiéndose hacia la playa. Esta parte de los muros, estaba bordeada por matas de mangle, y cuando llegó a la altura del primer tanque de miel, se paró y buscó entre el mangle, sacando un palo que tenía en su extremo, una lata de chorizos, volviendo con este artefacto a los muros, y agachándose, lo introdujo en el agua, sacando algo que guardaba en la jaba, y volvía a repetir la operación una y otra vez. A la distancia a que yo estaba, no podía apreciar bien qué era lo que extraía del agua, hasta que finalmente me di cuenta de que eran !"Makeyes"!  Cuando terminó, se dirigió lentamente hacia el Muelle Grande, en el cual había bastante gente pescando, y se sentó en el piso, cerca del primer chucho. Yo pasé de largo y me senté a unos tres o cuatro metros, saqué mi cordel e hice como que pescaba, pero estaba observando a Ventura, el cual sacó un martillo de plomero, y de un golpe seco, "destripó" a un makey, y habilmente le quitó el abdomen el cual enganchó a un anzuelo creo que dos cero, y bajó el cordel, tirando casi enseguida de él y sacando una cubereta de 2 o más libras! Ese era el "secreto" de la abundante pesca que siempre hacía Ventura: La carnada era Makey! Inmediatamente abandoné el muelle, fui a mi casa y busqué una lata lo suficientemente grande, la agujereé, la clavé en el extremo de un palo de escoba, y me fui a buscar "Makeyes". De más está decirles que mi "suerte" en la pesca cambió para siempre. Ya adulto, cogí muchas "cojinúas", cuberetas, mojarras, etcétera en la Boya de la Luz y otros lugares de la Bahía de Nipe, usando el Cangrejo Hermitaño que buscaba en la Punta de Cobo. ( el Cangrejo Hermitaño" es el "pariente" del Makey, crustáceo que está muy mal estudiado y mal difundido en internet, en donde no hay ni una foto de él
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             He disfrutado mucho escribiendo esta semblanza, pues me ha permitido recordar aquellos buenos años de la niñez. Aclaro que el señor Ventura no era el "ogro" que algunos creían en su mala voluntad y que muchos niños querían tener la suerte que tenía en la pesca, y ponerse al mando de un barco como el Saetía que, para ellos, será siempre el Barco del indomable y eventurero Capitán Ventura.
   

Nota:  Estos crustáceos tienen en común el uso de conchas de caracol para cubrir su abdomen, que es más blando que el de otros cangrejos. Este tipo de relación interespecífica que mantiene con las conchas de los moluscos muertos se denomina tanatocresis, y es uno de los pocos animales que la realiza. Existen alrededor de 500 especies de cangrejos ermitaños alrededor del mundo, siendo la mayoría acuáticos, pero existiendo algunos terrestres.
Sólo la parte delantera está cubierta por un exoesqueleto rígido. Para protegerse se refugia dentro de conchas vacías de moluscos. Su abdomen está enroscado para que pueda caber dentro de la concha; además, sus patas y pinzas le permiten bloquear la entrada. A medida que el cangrejo crece, debe cambiar de casa. Empieza por inspeccionar detenidamente con sus pinzas las conchas vacías y cuando encuentra la adecuada, se muda rápidamente. Para los cangrejos ermitaños encontrar una concha vacía es cuestión de vida o muerte, por lo que son frecuentes las luchas entre ellos cuando hay pocas disponibles. 
            Aclaro que el "Makey" sólo puede vivir DENTRO DEL AGUA DE MAR, y por eso, siempre busca lugares donde pueda tenerla. El Makey se adhiere a las paredes BAJO EL AGUA, o a los palos de mangle que están BAJO EL AGUA. Eso lo diferencia del Cangrejo Hermitaño que sí puede vivir FUERA DEL AGUA.