martes, 24 de abril de 2018

Personajes Inolvidables de Preston X: La Señora Adelfa y el Dr Giró.

                       

Personajes Inolvidables de Preston X. La Señora Adelfa Gómez y el Dr. Giró

                                Dos personajes inolvidables de Preston, sin duda alguna, se me quedaron en el tintero, y para hacer justicia conmigo mismo, y con mis coterráneos, aquí les dejo su reseña en síntesis muy apretada.
                               Adelfa Gómez es una mujer sumamente valiente, que ha luchado por la vida, y por la de sus hijos, con una tenacidad y Fe loables, y por demás, sóla. Persona culta y de grandes valores, continuó la gran tradición de Preston de tener grandes directoras de escuela. Ella lo fue, por muchos años, de la escuela que lleva el nombre del insigne Sacerdote Padre Félix Varela y Morales.
                              Mi querida esposa trabajó casi todo sus primeros años de maestra bajo sus órdenes, y dice, al igual que otras, que no ha tenido otra igual. Recuerda que en una ocasión, estando ella embarazada de nuestro primer hijo, "cayó" de visita, un "metodólogo" municipal que era un "empachado" comunista, y que de pedagogía sabía bien poco, y del idioma español menos...Cuando llegó este "personaje" a su aula, a la que se introdujo sin siquiera pedir permiso, la Señora Adelfa no estaba en la escuela, pues había salido para buscar una medicina para otra maestra. El troglodita funcionario estuvo todo el turno de clases, anotando no se sabe cuantas barbaridades en su "libreta metodológica" y al final, le dijo a mi esposa que la clase era "mala" y que así lo informaría en el "municipio"...Pero no contaba con Adelfa Gómez...Cuando iba de salida, ella lo llamó:
                         - Oiga señor metodolólogo, esta escuela tiene una directora y usted sabe quién es...Por favor, pase a mi oficina.
                        El cavernícola se detuvo en seco, y no tuvo más remedio que entrar en la oficina de Adelfa, donde ya se encontraba mi esposa. Adelfa le pidió por favor, que le enseñara los "resultados" de la visita que le había efectuado a su maestra, y él de mala gana, le dio su "libreta metodológica", comenzando inmediatamente a leer la "visita", porque ella sabía de qué pata cojeaba el "personaje". Pasados unos minutos, Adelfa levantó la vista y le dijo:
                          - Oiga señor metodológo, yo no estoy de acuerdo con nada de lo que usted ha escrito sobre la clase desarrollada por Carmen, pues esta joven maestra es muy buena y da unas clases brillantes...Lo que sí le digo es que ud no sabe ni ortografía ni redacción, porque lo que escribió está tan mal escrito, que no merece la pena leerlo; Así que le pido, que reconsidere su evaluación, o yo voy para Mayarí, con esta libreta y vamos a ver a cómo tocamos...
                          - El tipejo palideció, se puso amarillo y  se puso a pensar en las consecuencias que le podría traer a él, lo que había dicho la directora Adelfa, a la que conocía y temía, pues sabía que era muy capaz de hacer lo que decía, y tomó la decisión de dar marcha atrás a su absurda "evaluación". Pero Adelfa, que conocía muy bien el "paño", le pidió por escrito la evalaución de su maestra. Así era la Señora Adelfa Gómez, una mujer llena de principios y con una gran ética humana, y como tal, se preocupaba por todos los problemas de sus alumnos y maestros, sobre todo, con las maestras embarazadas, las cuales siempre contaron con su solidaridad y comprensión, valores que estaban ausente en muchos otros directores de escuela.
                          La recuerdo perfectamente cuando me decía: - "Estudia Raulito, porque el que sabe, siempre triunfa"...Y cuántas veces me dijo esas sabias palabras! Sin duda alguna la señora Adelfa Gómez le hizo mucho bien a nuestro querido Preston, al igual que el Dr Héctor Giró, en otro campo de inmensa importancia para el ser humano: La Odontología...
                          Siempre que recuerdo al Dr. Giró mi mente vuela hacia aquellos años tremendos de finales de la década de los '60, cuando una de las tantas y cíclicas crísis del comunismo sumía a nuestro pueblo no solamente en el hambre, que ya era tan  cotidiano como los apagones, sino también en una pérdida de valores que resquebrajaba el espíritu de miles de cubanos.
                          Corría el mes de mayo del aciago año de 1970, cuando por la "clarividente" y "brillante" idea del comandante en jefe del absurdo, las universidades fueron cerradas y sus estudiantes, como casi todo el pueblo de Cuba, fueron enviados a los cañaverales para librar la "batalla" de los 10 millones de toneladas métricas de azúcar, y yo como un estudiante del Alma Mater de santiago de Cuba, me encontraba cortando caña desde hacía un mes, en Calabaza 3, distrito cañero cercano al pueblecito de Deleite. Una mañana, sobre las diez, hice un alto en el corte, para atenuar el hambre comiendo caña, para lo cual escogí una "media luna", que son las que más jugo tienen, y pelándola, me senté a disfrutar de su dulce jugo bajo un sol que rajaba las piedras que abundaban entre los plantones. Cuando iba por el tercer canuto, al morder el pedazo de caña, sentí que algo se partía, junto con un lacerante dolor, y al escupir, me percaté que había perdido una muela, que salió casi entera, junto con un buche de sangre. Pero como el sangramiento y el dolor había cesado, no le di importancia, pensando que me había evitado una visita al dentista, y seguí cortando caña...Pero esa noche, me empezó un tremendo dolor en la mandíbula inferior, en la zona donde faltaba la muela perdida, y casi no dormí. Esa mañana, hablé con un capitán que fungía como jefe de batallón ( toda la estructura universitaria estaba militarizada ) y le pedí permiso para ir al puesto de "mando" que radicaba en Deleite, el cual me fue concedido porque este sujeto, se dio cuenta que me encontraba mal por le dolor. En el puesto de mando me dijeron, que no había un dentista por la zona, por lo que me dieron un "pase" para ir a una clínica en Santiago, y como de casualidad salía un camión para esa ciudad, en él me enviaron.
                           Nada más llegar a Santiago, fui a pie a la mejor clínica dental que había en ese entonces, que estaba en la carretera central. Eran como las dos de la tarde, y no había nadie, así que fui a recepción y pedí ver a un dentista. Enseguida me introdujeron a un gabinete, donde me atendió una doctora. Luego de revisarme y escuchar mi relato, me dijo que ese dolor debía ser por las encías "maltratadas", porque ella no notaba nada, y que además, no tenían "material" para hacerme placas...Me mandó abafortán en vena para el dolor y me despidió. Por la noche, en la casa de una tía, el dolor dijo aquí estoy yo de nuevo...Me pasé la madrugada despierto, y al otro día salí para Preston, adonde llegué sobre las cuatro de la tarde, e inmediatamente fui para la casa del Dr Giró, que estaba en la última calle de la Avenida. Toqué, e inmediatamente salió el Dr Giró, que me saludó , y al responderle el saludo, yo le dije:
                        -  Dr. ayúdeme, que tengo hace días un dolor que no se me quita. El me dijo:
                        - Siéntate en el sillón, que ahora mismo te reviso. Y con esa seguridad que dan los años de trabajo y los conocimientos, me revisó la boca cuidadosamente. Sus primeras palabras al terminar fueron:
                        - Cómo perdiste esa muela? Y yo le hice la historia.
                        - Oye Pi- me dijo -, yo creo que ahí hay una tremenda raíz, pero vamos a tirar una placa para estar seguro. Y salimos para el hospital, donde rápidamente, y diciendo que era una urgencia, preparó todo y me tiró tres placas. Luego me ordenó un abafortan en vena, que me puso María Soto, mientras esperaba los resultados de la radiografía. Cuando los tuvo,  me dijo que me sentara en el sillón, y mostrándome con aire de triunfo las placas, dijo:
                        - Yo tenía razón Pi! Tienes una enorme raíz, bien soldada al hueso...Mírala. Y me la enseñó.
                        - Es increíble que la dentista de Santiago no se haya percatado y no te atendiera Pi... Pero no importa, pronto no te molestará más. Y procedió a anestesiarme y luego, con la tremenda fuerza y habilidad que tenía, no tardó ni cinco minutos, en enseñarme una gran raíz en el extremo del último instrumento que utilizó. Y de esa forma, pude descansar del tremendo dolor de aquella muela o molar, perdida comiendo caña en el campo...
                        Seguidamente el Dr Giró me informó que me iba a hacer un cetificado para justificar los días de ausencia al corte de caña, y lo hizo tan bien, con términos estomatológicos tan enrevesados, que los "jefes" de la "unidad militar de la zafra" a la que pertenecía, no objetaron nada. Era un hombre muy inteligente y humano el Dr Giró, pues el supuso y con razón, que podría tener problemas por no haber resuelto el problema en Santiago...
                        Y como esta historia que acabo de narrar, el Dr Giro tenía decenas para contar a lo largo de su esmerada carrera profesional. Mi familia toda tiene mucho que agradecer al Dr Giró, el cual además era un gran conversador y hombre culto. Que tuvo defectos? Quién no los tiene? El padeció de una de las más terribles enfermedades, el alcoholismo, y que aún hoy, muchos especialistas dicen que es incurable. Pero si ponemos en una balanza todo el bien que hizo, y los estragos que causó en su organismo esa desdichada enfermedad, se inclinará hacia el primero. Hasta donde yo sé, nunca le dijo que no a nadie para atenderlo, y mi padre QEPD decía que no había un dentista que sacara con tanta limpieza y profesionalidad una pieza como el Dr Giró, y el sabía lo que decía, pues con él, se las sacó TODAS, sin el más mínimo problema. Ojalá hubiera muchos profesionales como el Dr Giró, cuya memoria siempre será recordada por los habitantes de Preston. Descanse en Paz Dr. Héctor Giró!

Un aulaUn aulaEn uno parecido trabajó el Dr. Giró...En uno parecido 

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