Llueve, y el agua que sana y da Vida,
penetra en la Sal del Mar que llena
a Nipe, la más Bella d las Bahías,
y los peces grandes y pequeños, la agradecen.
Es de noche, y la luna riela sobre sus aguas, y
y su luz se refleja y refracta en cada gota
Bendecida, originando a veces, Fantasmas
sobre Cayo Tiburón y los majestuosos Mangles
de la entrada del estero, allá donde el Río está
de parto, arrojando torrentes de agua
que se mezclan y sirven de cabalgadura
a miríadas de sardinas, cuyos plateados cuerpos,
asemejan armaduras de caballeros andantes.
Allá, a lo lejos, se ve una luz de una caneca
guarnecida vaya ud. a saber con qué, para
que no se apague, y que delata la presencia
de un humilde Pedro, que busca entre las oscuras aguas
el sustento...
Oh Bahía de Nipe, que has visto a tantos Pedros
surcar tus aguas, otrora limpias y sedosas,
tratando de extraer de tus entrañas, curvinos,
jiguaguas, lisas y camarones!
Oh Bahía de Nipe, donde un día apareciera
la Madre y Patrona de todos los cubanos,
salvando de la muerte a tres Juanes,
transformando la Fe de todo un pueblo!
Oh Bahía de Nipe, regalo de Dios a Cuba,
que en tu salobre Seno, guardas los misterios
del Mar entre mangles y lomas, arrecifes y pecios
fantasmagóricos como el del Jorge Juan,
a donde tantos y tantos hemos acudido
en busca de la preciosa y escurridiza Cubereta,
de carne única y enjundiosa!
Oh Bahía de Nipe, que recuerdas aquellas
Procesiones en honor a La Madre de la Caridad,
acurrucada por centenares de fieles cantando Loas
a Ella y su Hijo!
Oh Bahía de Nipe, te recordaré siempre, te recordaremos siempre,
Porque tú estás grabada en nuestros corazones,
Con el Fuego del Amor que nos has dado!
Bendita Seas, Bahía de Nipe!
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