martes, 12 de noviembre de 2019

Los Esteros de Preston

                 Los Esteros de Preston

Hace más de cinco años que, luego de llevar a mi esposa al day Care donde trabaja, de regreso, paso por dos canales ( de los tantos que abundan en Miami ), y ambos me recuerdan a los Esteros que existen en los humedales de Preston, tanto al este ( eran tres: Estero corto, Estero Largo y Estero ciego, que como bien indica su nombre, no tenía salida), en la desembocadura del río Mayarí, como en el Oeste del pueblo, situados como serpientes en los manglares. Durante mucho tiempo pesqué en ellos, sobre todo en los del Este. De noche, las sombras de los patabanes y los mangles negros y rojos, semejaban fantasmas que se movían al compás del viento, acompañados por el tenebroso sonido de las ramas al entrechocar entre ellas...Entrar silenciosamente a estos esteros, remando suavemente era realmente impresionante, y cada vez, era una nueva aventura.
Qué buscaba yo además de la aventura? Por qué enfrentaba tantos riesgos y trabajos? Cómo era posible, que sabiendo la enorme cantidad de mosquitos, jejénes y tábanos que iban a picarme, volviera una y otra vez a adentrarme en aquellos lugares de fuerte olor a salitre? Por una sencilla razón: Porque en esas aguas mansas de los canales de los esteros, abundan la Cubereta y el pargo Cají, amén de la Guasa, pescados de una fina y olorosa carne, y caracterizados por vender bien cara su captura!
Cuando yo era muchacho, iba a los Muros a ver cómo regresaban los pescadores, para apreciar la pesca realizada por ellos. Y había uno, que se llamaba Cayo, Rodríguez de apellido, ya viejo, que siempre traía unas excelentes "guasetas" de 10 a 20 libras, y 3 ó 4 ensartas de cuberetas y pargos cajíes, que vendía inmediatamente. Decían que sólo el sabía dónde encontrar esos sabrosos pescados, y que era en los esteros, en el "corto", "largo" o "ciego", donde estaban esos "misteriosos pesqueros". Decían también que varios lo habían seguido, pero que Cayo había sabido "guardar su secreto", y se lo había llevado a la tumba, pues un día apareció muerto en el fondo de su chalana...Vaya ud a saber. Yo estuve años buscando esos pesqueros, y NUNCA los puede encontrar...
Hay amigos míos, a esta altura de mi vida, cuando veo pasar mi vida como un caleidoscopio, sólo pienso en que Dios me permita volver a ver a mi pueblo querido, y a la Naturaleza que lo rodea. Sólo El sabe si será posible...

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