domingo, 23 de enero de 2022

Personajes Inolvidables de Preston: El Profesor Roberto Kurs Poyato

        


Personajes Inolvidables de Preston: El Profesor Roberto Kurs Poyato.

En aquellos años iniciales de la década de los ’60 del siglo pasado, el Pan American Club fue acondicionado como una escuela, a la que nombraron Secundaria Básica “Ivo Sanamé”, en donde yo cursé los tres años correspondientes a esa enseñanza. La escuela tenía un excelente Claustro de profesores, entre los que se encontraba Roberto Kurs, que tenía a su cargo la Cátedra de la asignatura “Artes Industriales”. Pero antes de continuar, debo recordar algo: Preston nació con una población extremadamente heterogénea desde el punto de vista de dónde procedían sus habitantes. Y había desde chinos, pasando por españoles, italianos, jamaiquinos y alemanes. De esta última nacionalidad, procede, por parte de padre, nuestro Personaje de hoy.

La familia Kurs – Poyato, vivía exactamente detrás del Cine,en la calle C, y la esquina oeste de su patio, colindaba con el patio de mi casa, y tenían como vecinos a la familia Navarro al lado y detrás, a la familia Gil. En esa casa, nació el Profesor Roberto Kurs Poyato. Luego se mudarían para el reparto Brooklyn.

Sabido es que los alemanes, son muy curiosos e inteligentes, y como de “casta le viene al galgo”, desde muy pequeño Roberto comenzó a destacarse por “hacer cosas, con cualquier cosa”, valga la redundancia. De manera que, cuando se encontró con un taller de carpintería, hojalatería y vaya ud a saber de cuántos oficios más a su disposición, pensó (  y lo logró ), enseñarles a sus alumnos ( entre los cuales me encontraba yo, y que debo decir que, lo poco que sé de carpintería se lo debo al profesor Kurs ), todos los “gajes” de estos oficios tan importantes. Su carácter afable y su carisma, lo ayudaron en la tremenda tarea que realizaba, pues no era fácil estar en un taller con grupos de disímiles edades, porque habían alumnos de 12 años, pero también hasta de 18…imagínense. Sin embargo, eso NO fue motivo para que sus clases fueran sin disciplina, al contrario. No recuerdo NI un solo episodio “fuera de lugar” en su taller y sí en otras clases. Su taller era un lugar extraordinariamente ORDENADO, pues construyó paneles para acomodar todas las herramientas, y los bancos para trabajar estaban correctamente  alineados . Esa es otra característica suigéneris del Profesor Kurs: Es sumamente ORDENADO. Cuando nos daba un proyecto para hacer, ya lo tenía TODO pensado: desde las herramientas que utilizaríamos, hasta el lugar donde realizar el trabajo. Varias veces los inspectores de educación de la antigua provincia de Oriente, lo ponían como ejemplo, y muchas ideas de Roberto, fueron llevadas a escuelas de Santiago, Holguín, y otros lugares. Sus relaciones humanas y de trabajo con sus colegas, eran excelentes, acorde a su buen carácter y profesionalidad. Y en aquel Claustro había formidables profesores como Diosdado Samé, Mikeyo, de matemáticas, Porfirio Carreras, Fillo, de Artes Plásticas, el Profesor Willimas, Yuni, de inglés, la profesora Bertha Manduley de música, la profesora Gloria de la Paz, etcétera. Fuimos privilegiados los que tuvimos el Honor de recibir clases de aquellos magníficos profesores, entre los cuales, destacaba Roberto Kurs, el cual llegó hasta ser Director de aquella secundaria, cuando radicaba en la Casa del superintendente de la United Fruit Company, la cual está, como casi todo el pueblo, en lamentables ruinas.

Luego de su brillante etapa como profesor, Kurs fue designado diector de la Casa de la Cultura de Preston, situada en el hermosa edificio que antiguamente era el Club de las personas de Color  (  así lo designaban en aquellos años cuando la igualdad no era un hecho ), y en esta institución hizo un trabajo formidable, no solamente en el área de la cultura, sino también en su mantenimiento, pues él era lo que aquí en Estados Unidos llaman un Handyman, o sea, un hombre que es capaz de arreglarlo TODO. Desgraciadamente, “alguien” lo “cambió” de puesto, y con su salida, hasta la maravillosa Hiedra, que cubría TODO el edificio, se secó y desapareció. Lástima que eso sucediera. Quiero desearle a nuestro Profesor Kurs, una larga vida con salud! Qué Dios lo bendiga!

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